En el comienzo de la legislatura Popular, una maniobra en un pleno unificaba varias parcelas del Vergel en una sola, posibilitando la actual implantación. La consiguiente reacción de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Aranjuez era lógica: pedir explicaciones de tal maniobra. Incautos que confiaron en la palabra de un político, solo por el hecho de apoyar su causa en el programa político que votaron. Este hecho solo demuestra premeditación, y el engaño sistemático como medida para mantener a una asociación, con una importante representatividad, lo mas quieta posible.

El último apartado de esta historia comienza cuando el Equipo de Gobierno presenta un Estudio de Impacto Socio Económico en Aranjuez y comarca, pero también estaba pactado o apalabrado por nuestro Alcalde, que se informara antes al sector en cuestión "el comerció", en este caso a Apyme que lo engloba, como a otros sectores. El resultado de faltar a su palabra, aunque de manera simbólica, solo se puede interpretar como la confirmación de la traición a la que se ve abocado un importante y respetable sector económico de Aranjuez.

Llegado el momento de leer el Estudio presentado por el Ayuntamiento, las conclusiones son las siguientes:

1º. Que tal estudio de Impacto, no lo es, sino mas bien un Estudio de Opinión.

2º. Las Argumentaciones previas a los resultados, 15 páginas en cuestión, cuesta creer que las hubieran leído antes de ser presentadas, puesto que se habrían ahorrado argumentos a la oposición si las hubieran mandado rectificar. En estas páginas nos dicen que el Gran Teatro Carlos III está acabado, habla de una industria incipiente y un sostenida … . En definitiva una copia del Aranjuez del 2003 editado por el Equipo de Gobierno anterior. Cómodo e irresponsable trabajo el realizado por esta empresa, para algo tan serio como el que se está valorando. ¿La encuesta se habrá hecho con esa misma ética profesional?. ¿A qué viene la contratación de esta empresa con muy pocos meses de historia?. ¿Que razones tiene el Equipo de Gobierno para defender el trabajo, tan a la vista de todos, mal realizado?. ¿Qué razones hay para que no haga el mismo trabajo cualquier otra empresa?.

3º. Cuando se pacta pedir el Estudio, lo más importante es saber si el resultado es positivo o negativo para Aranjuez, y lo único que recoge es que muchos ciudadanos lo quieren, cuando lo lógico sería que se informara a todos los habitantes de las consecuencias, y con estas, se plantearan el tema. Probablemente muchos de los que están de acuerdo dejarían de estarlo.

Las Argumentaciones que nos dan -basadas en unas miradas de reojo a poblaciones como Móstoles o Alcorcón- son que las grandes superficies son motores de desarrollo, que el dinero dejaría de salir de Aranjuez, y que se recuperaría la cabecera de comarca. Todo es discutible -como dirían los "sofistas griegos", pero hay una de ellas que no es ni tan siquiera discutible, que el dinero se quede en Aranjuez es casi demagogia, puesto que solo se quedaría mediante los puestos de trabajo creados, hablan de cien, todos los restantes ingresos se irían a Francia, como lo hacen todas las grandes superficies, la mayoría provenientes de este país. Los ingresos que calculan este tipo de negocios está entorno a 1.000.000 de pesetas por metro cuadrado y año, en el caso de LECLER, está en 1.300.000, por ser de política de precios mas agresiva. Esto hace que LECLER calcule unos ingresos anuales de 5.000.000.000 de pesetas, y contando con que parte se lo quitara a otros hipermercados de la periferia de Madrid, aún así se calcula que el comercio de Aranjuez se vería afectado en un 50% de media en su facturación anual. Aranjuez no mueve una cantidad de dinero suficiente como para que este paso sea positivo. No es que, como dice el Equipo de Gobierno, el pequeño comercio que no aguante este envite, sea el sacrificio para el esperado desarrollo, con ello perdemos todos, uno directamente y otros indirectamente, pero lo importante es que el resultado puede ser desastroso para la economía y los servicios de un sector de este pueblo y su comarca. Así lo han visto en ciudades como Avila y Toledo paralizando la implantación, y en cambio en ciudades como Soria ya no tiene remedio. En Cataluña, Valencia y País Vasco han puesto freno a los hipermercados, y en su país de origen, Francia, donde incluso se han dado cuenta que ingresan menos dinero en las arcas del estado por el cierre de otras fuentes de ingresos.