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Historia de Aranjuez (Hasta el siglo XVIII)

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Los últimos Austrias
La ilustración
El Palacio Real
Siglos XIX y XX


Los últimos Austrias

Los sucesores de Felipe II continuaron su obra. Felipe III ordena el trazado de las Doce Calles y nuevas fuentes. Felipe IV planta 400.000 moreras para estimular la producción de seda. Se instalan nuevas fuentes en el Jardín de la Isla. Se levantaron templetes y el conjunto Palacio Real, Jardín de la Isla, Tajo y Mar de Ontígola, se convierte en escenario de las llamadas Jornadas Reales, que fueron el centro de la vida de Aranjuez en el siglo XVII. En el Real Sitio vivían entonces cien familias de criados, al servicio del rey. Se crea la Real Botica y la Iglesia de Alpajés.

El Palacio Real

Vista aérea

Con el cambio de dinastía, el Real Sitio ofrece nuevos cambios. Felipe V, primero de los borbones españoles, edifica el Real Palacio. Ya son setecientas las personas al servicio del rey y se dictan nuevas ordenanzas, que establecen el cargo de Alcalde Mayor. Se prohíbe la caza y se dan los primeros pasos para engrandecer la incipiente población, con el Jardín del Parterre, los accesos al Sitio y varias edificaciones notables. Fernando VI ordena hacer un plan de nueva población, cuyo trazado encarga a Santiago Bonavia en 1747, con posteriores aportaciones de Sabatini y Juan de Villanueva. Se levantan casas y plazas y nuevas calles, así como edificios, con un diseño en el que predomina la línea recta, la perspectiva, la uniformidad y la monumentalidad.

La Ilustración

Con la Ilustración y Carlos III, Aranjuez recoge su auge definitivo en reformas e implantaciones. Ya con 2.593 habitantes en 1786, se levantan casas, hospicios, capillas, conventos, cuarteles y la Casa de Empleados, hoy sede del Ayuntamiento. Varios nobles, paralelamente a las obras acometidas, levantan sus palacetes y casas, aumentándose las oficinas públicas y viviendas. Tambien se llevaron a cabo importantes experiencias agrícolas: el Real Cortijo de San Isidro y el Campo Flamenco en la Dehesa de Otos. Sin embargo la agricultura se postraba ante unas ordenanzas desmesuradas y gravosas, con el canon en especie, que atormentaba a colonos y arrendatarios. Se produce un tímido auge comercial e industrial.

Con Carlos IV se termina una época de esplendor en el Real Sitio. Se construye el Jardín del Príncipe en el que trabajaron, entre otros, el arquitecto Juan de Villanueva, el escultor Dumandré y el jardinero Boutelou. Se instalaron fuentes y un embarcadero para la «Escuadra del Tajo», formada por falúas, embarcaciones de recreo de los reyes, que surcaban el río. En el Jardín del príncipe se levanta la Casa del Labrador, pabellón de caza de los borbones; los Chinescos y la Casa de Marinos. Y en la población, la Casa de Infantes y los palacios de Godoy y de los Duques de Medinaceli. Se avecinaba una época histórica de especial protagonismo para Aranjuez.



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